sábado, 6 de marzo de 2010

Evo Morales en México ¿aliento de vida para la unidad de las izquierdas?


Su poder radica en nuestras fallas. A la falta de propuestas alternativas nuestras, ellos ofrecen la continuidad de la pesadilla.

Subcomandante Insurgente Marcos

I. Antecedentes

La última vez que Evo Morales vino a la ciudad de México lo hizo en calidad de dirigente cocalero. En el aula magna de la facultad de filosofía y letras de la UNAM lo recibió una multitud de universitarios y activistas que reconocían la trayectoria política del humilde campesino aymara. En ese entonces y durante todo 2005 en algunas regiones del país se venía gestando un proceso de acercamiento y comunicación entre diversos agentes de un multifacético movimiento que de forma casi natural iba dando cuerpo y contenido a un sinnúmero de redes de todos tamaños para las que ya era claro que las promesas del sexenio foxista eran sólo eso. En la ciudad de México, por ejemplo, comunas y ocupaciones estudiantiles, colectivos de teatreros y músicos, cooperativas civiles, asociaciones vecinales, grupos ambientalistas e incluso grupos católicos comenzaban a reconocerse -a pesar de sus distingos- como actores diferenciados de una misma tendencia social, aunque difusa, que pugnaba por alcanzar el bienestar integral de los habitantes citadinos. En 2006 esta difusa tendencia alcanzó su clímax con el lanzamiento de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN y con la postulación de Andrés Manuel López Obrador como candidato presidencial después de haber superado, gracias al respaldo popular, las pretensiones foxianas de inhabilitarlo mediante su desafuero. Comenzaban a delinearse dos bloques complementarios que aglutinaban las simpatías generales de “la izquierda” mexicana. La unidad parecía más que viable.

Sin embargo la escalada represiva que el foxismo desató durante 2006 frustró violentamente el desarrollo natural de la unidad entre estas fuerzas políticas y sociales. Aunado a ello, el pragmatismo de unos y el sectarismo de otros acabó por desinflar dicho proceso. La brutalidad del estado contra movimientos como el de San Salvador Atenco o como el de Oaxaca, lejos de llevar a las izquierdas a alcanzar la sensatez, las hundió en la desconfianza, el miedo y la confrontación. Como resultado la derecha logró sostenerse y afianzarse en el poder.

Por su parte, y a muchos kilómetros de distancia, aquel dirigente aymara alcanzó, impulsado por su pueblo, la investidura de jefe de estado de la hoy llamada República Plurinacional de Bolivia. Todo aquello sucedió hace apenas cuatro años. Desde entonces han pasado muchas cosas.

Por eso la presencia de Evo el domingo pasado en el jardín hidalgo de la delegación Coyoacán, D.F., generó un revuelo inusitado en amplias redes sociales, intelectuales y políticas.

II. Evo en coyoacán

Como era de esperarse el centro de coyoacán se encontraba a tope, pues en él se dieron cita cientos de simpatizantes del proceso revolucionario que se desató en la Paz durante las jornadas de septiembre a octubre de 2003 y que, en diciembre de 2005 logró colocar en la presidencia de Bolivia (la segunda nación más pobre del continente sólo después de Haití) a este luchador social de extracción indígena. A pesar del sol y de las molestas rejas que bordeaban los jardines, a pesar de que prácticamente era imposible mirar a Evo, la gente esperó paciente su llegada, y ya presente, escuchó emocionada su intervención que duró poco más de media hora. Hondeaban felices las wipalas, banderas multicolores características de la nación aymara que representan la unión armónica de la diversidad cultural, o parafraseando una expresión marxista, la unidad de lo diverso.

Por primera vez desde 2005 convivieron pacíficamente en un ambiente festivo activistas, militantes y simpatizantes de diversas expresiones políticas que se autonombran izquierda. Evo logró lo que ni el golpe al SME ha conseguido: aminorar la tensión entre dos grandes bloques políticos que se miran con recelo a pesar de ser de izquierda. Curiosa imagen hacían los jóvenes prozapatistas de la ENAH al lado de adultos militantes del PT que agitaban banderolas con las siglas de su partido: todos querían escuchar a Evo ¿Qué tipo de efecto mágico (psicológico) ha hecho posible esta hazaña? ¿Quizá el hecho de que en el proceso boliviano se sintetizan las expectativas políticas tanto de la izquierda electoral (llamada también institucional o parlamentaria), como las de la otra izquierda que se piensa radical, rebelde o revolucionaria? Si es así, tal vez los primeros proyecten en dicho proceso (del que Evo se ha tornado símbolo) el anhelo de hacerse del poder ejecutivo en 2012, mientras los segundos ven más bien el reflejo de sus míticas creencias en un supuesto estallido que habría de ocurrir en algún momento de este 2010.

Pero ¿De que habló Evo Morales? ¿Qué ha venido a decirnos?

Primero que nada vino a refrendar su compromiso con los pueblos indios de Latinoamérica. Ese compromiso fue adquirido en las reuniones celebradas con motivo del V centenario. Al respecto señaló que “Desde que en Quetzaltenango, Guatemala ¿Qué dijimos? pasar de la resistencia a la toma del poder [… ] del 91 al 95 tardamos para organizarnos y pasar de la lucha social a la electoral, para recuperar el poder político”. Pese a las dificultadas que entrañaba realizar esa estrategia (pasar de la resistencia a la conquista política del poder) el movimiento consiguió hacerse del poder y hoy enfrenta nuevos retos, tales como el intervencionismo norteamericano y el feroz racismo de la minoría blanca, que como platea Adolfo Gilly, es la única propiedad que separa a los blancos pobres de los indios.

En segundo lugar habló sobre el proceso de aprendizaje en la práctica política “ustedes saben de donde vengo -dijo-, yo no conozco la universidad; cuando inicie en el movimiento me asustaba, era como un empleado para los cocaleros en la reunión”. Sin embargo esa condición no es impedimento para gobernar bien, pues en este proceso todos están aprendiendo a manejar el aparato de gobierno en función del interés colectivo. También se refirió al papel de las mujeres en este proceso de auto-aprendizaje colectivo, en el cual sobresale su compañera Hilda Copa, actual ministra de Justicia. Al respecto el gobierno de Morales se ha preocupado por buscar la equidad de género, consiguiendo una representación proporcional del 50% de hombres y mujeres.

En tercer lugar vino a abonar los ánimos de los que él denomino “revolucionarios mexicanos”, a quienes saludó y pidió que no pierdan la paciencia. Habló de la necesidad de no dejar “la otra lucha, la que es por la dignidad y la soberanía” y señaló que esa lucha requiere de “la alianza de los originarios milenarios con los originarios contemporáneos” , de la necesidad de la unidad del “movimiento comunal, sindical y popular”, aunque advirtió que “ello no es suficiente” para derrotar a las oligarquías. Es necesario, dijo, unirse con “la llamada clase media, los intelectuales. Que se sumen a este proceso” de defender la “soberanía, recursos naturales y servicios públicos”. Advirtió también sobre el riesgo de hacer alianzas con fuerzas políticas que han traicionado las causas populares por inmediatez y pragmatismo, así como de la importancia de saber reconocer a los “enemigos tanto internos como externos”.

Finalmente señaló la necesidad de construir organismos internacionales que defiendan los intereses de la región geopolítica y geoeconómica de América Latina, para hacer frente a la hegemonía norteamericana. Al respecto declaró “Latinoamérica necesita de una nueva OEA sin Estados Unidos” y ello “dependerá de los jefes de estado y de los pueblos que controlen a sus jefes de estado”. Este nuevo organismo regional, por cierto, se ha acordado en la reciente cumbre del Grupo del Rio en Cancún.

Antes de marcharse aseguró que México “pronto se liberará”. Las ovaciones fueron generalizadas.

III. Conclusiones

Evo habló como un luchador social más que como un jefe de estado. Pero quizá por eso su discurso fue aplaudido con exaltación en la pequeña plazuela delegacional. Aunque en pleno sentido con los procesos sociales que se viven en América Latina, el discurso de Evo constituye un desafío a la lógica de las izquierdas mexicanas, pues si bien es cierto que refleja sus anhelos, al mismo tiempo incomoda con sus implícitas críticas al sectarismo y al pragmatismo al que están acostumbradas.

¿Es posible entender la lógica de un movimiento que es a la vez revolucionario y pro-electoral partiendo de un pensamiento que no admite, por una u otra razón, la posibilidad de esa unidad? No lo creo. Pero, más allá de la discusión académica:

¿Podrán aún tender puentes de comunicación y trabajo las izquierdas parlamentaria y radical, al menos para frenar la actual descomposición social del calderonismo?, ¿Esperamos que esa descomposición devenga en lucha social por vía de algún sortilegio?, ¿No hay nada que rescatar de la lucha electoral?, ¿No a quedado en verdad nada del otrora masivo movimiento de resistencia civil obradorista?, ¿Se han cerrado ya todas las vías pacificas para cambiar el rumbo?

¿En donde estamos parados? A mi parecer en un lugar indefinido donde aún no se extingue la potencia de la lucha reformista ni se alcanza el descontento para llegar a la anhelada violencia revolucionaria (cosa que por lo demás no garantiza nada en sí misma) ¿Cuál es el papel entonces de la izquierda radical sino desarrollar la capacidad de lucha de los movimientos llamados reformistas?

Un guerrillero sureño muy admirado por Evo -al que incluso hizo alusión públicamente en su toma de protesta como presidente- escribía hace ya unos años:

“La izquierda partidaria ha obtenido no pocos, ni pequeños logros en la lucha electoral. Gente grande, de veras grande se encuentra y lucha dentro de todo el espectro en que, a su vez, se divide la izquierda mexicana. Dentro de cualquier parte, estos hombres y mujeres son parte de esa otra izquierda que lucha siempre, con
o sin elecciones, en ellas o a pesar de ellas [.] El reconocimiento de las diferencias, de la riqueza de luchas distintas, no es para competir o apropiarse de ellas, sino para multiplicar sumando…”

Evo siguió estas lecciones y hoy gobierna con su pueblo. La wipala en la nación andina hoy refleja algo más que diversidad cultural: refleja diversidad política. Que alguien me recuerde el nombre del personaje que escribió las líneas ya citadas. Que alguien se lo recuerde a él y a sus seguidores.

Luis Eduardo Sánchez Toscano



Referencias bibliográficas:

Bolivia, una Revolución del siglo XXI, Adolfo Gilly, 10-04-04, www.vientosur.info
El concepto del otro en la liberación latinoamericana, Eugene Gogol, Casa Juan Pablos, México, 2008.
La ruptura que viene, Porfirio Muñoz Ledo, Grijalbo, México, 2007.

6 comentarios:

  1. Estimado lalo, comparto tus inquietudes y me alegra que abras este espacio. Aun tengo que leer el artículo pero tengo un primer comentario, elimina el fondo en negro, la lectura es complicadísima con esa combinación. Así será menos cansada la lectura......

    Abrazos

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  2. El grano y la paja (parte I)

    Estimado Lalo:

    Primero que todo os felicito por este espacio, por esta invitación a pensar y a dialogar.Antes de hacer algunos comentarios, te cuento una historia. En un pueblo propusieron a un loco para que fuera el rey del carnaval, él acep´tó y en cuanto lo coronaron dijo "Ya que me han hecho rey, haré justicia". Así pues, tú nos has invitadoa dialogar, y ahora haremos justicia.
    Comentas que a principios de 2006 había dos bloques de izquierda que eran complementarios y que, incluso, parecía posible la unidad entre ambos. Creo que las cosas no son tan simple. En abstracto y en general claro que todas las tendencias de la izquierda son complementarias y se pueden unir pero en concreto la Otra campaña nació atacando al movimiento de obrador, denunciándolo como neoliberal y diciendo que era igual o peor que el PAN o el PRI ¿Puede haber unidad cuando recibes al otro con descalificaciones? La Otra campaña NUNCA se planteó (ni se ha planteado) la unidad con el movimiento de Obrador, todo lo contrario, uno de sus objetivos es destruirlo por ser un movimiento "histérico y sectario" (Marcos dixit). De hecho los adheridos a la Otra tenían un morboso placer en denunciar "electoreros" a diestra u siniestra. (NOTA al margen: muchos de los que gozaban señalando con el dedo "electoreros perredistas" luego del fraude se acomodaron sin la menor explicación ni sonrojo en el movimiento de AMLO. ¿Falta de memoria? ¿Oportunismo?)
    Ojalá algún día logremos esa unidad pero la Otra campaña en su documento fundacional (la Sexta Declaración) la niega rotundamente.
    Entonces no digamos que sucedió lo que no sucedió, la Otra NUNCA ha buscado la unidad con el movimiento de AMLO. Por el otro lado, AMLO y sus huestes nisiquiera discuten el tema, simplemente no piensan en eso. Entonces ¿con base en qué afirmas que en 2006 era casi un hecho la unidad? ¿Unidad cuando Marcos le dijo al movimiento de Obrador "les vamos a partir la madre"?
    Por otro lado creo que tu texto está lleno de falsos dilemas. Falso dilema: si es electoral no es revolucionario y si es no electoral, sí es revolucionario.
    Dices "¿Quizá el hecho de que en el proceso boliviano se sintetizan las expectativas políticas tanto de la izquierda electoral (llamada también institucional o parlamentaria), como las de la otra izquierda que se piensa radical, rebelde o revolucionaria?", como si lo electoral fuero lo opuesto de lo revolucionario. Precisamente la gran lección de Bolivia (y Venezuela) es que lo electoral no sólo puede "converger" con lo revolucionario sino que PUEDE SER EN SÍ MISMO revolucionario (nótese que digo PUEDE ser).
    Por el otro lado, que algo sea no electoral no garantiza que sea radical ni revolucionario. hay cientos de movimientos NO electorales que no tienen como proyecto cambiar radicalmente la sociedad, son no electorales y no tienen una gota de radicalidad. ¿Qué tiene de radicalidad encerrarse en una casa a fumar mota creyendo que se construye ahí dentro un paraíso socialista? ¿Qué tiene de revolucionario tener en alguna escuela de la UNAM un cubículo-dulcería?

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  3. El grano y la paja (Pärte II)

    Creo yo que el proceso Boliviano plantea un verdadero reto estos dos bloques de la izquierda mexicana. A los zapatistas y aliados, el tema del poder. Evo lo dijo una y otra vez "es necesario tomar el poder". ¿Qué piensan ustedes de eso? ¿Siguen creyendo, junto con el Sup Marcos y Holloway, que tomar el poder es pecaminoso e innecesario? Los zapatistas lo han dicho una y otra vez "Cambiar el mundo sin tomar el poder" y Evo dice "es NECESARIO tomar el poder". Uno de los dos debe estar equivocado. Por que no discutimos la pertinencia de las ideas de Holloway y Marcos sobre "cambiar el mundo sin tomar el poder" a la luz de la experiendia boliviana. Ese es el debate de fondo. Por mi parte lo digo sin ambiguedades: es Evo quien tiene la razón, para cambiar el mudno hay que tomar el poder y usarlo con todo lo que implica.
    Por otro lado, me extraña que el EZLN y la Otra no hayan hecho un pronunciamiento oficial dándole la bienvenida a Evo (cosa que sí hizo Obrador). Recuerdo que cuando Evo iba a tomar posesión de la presidencia de Bolivia le mando una invitación a Marcos y éste contesto "Este movimiento es nuevo. No estamos volteando a ver a Bolivia, ni Latinoamérica. Estamos volteando a ver la historia de nuestro país y a nuestra gente. No elegimos ir a entrevistarnos con grandes líderes; escogimos venir a hablar con ustedes. A los que nunca se ha tomado en cuenta su voz, su pensamiento". (Como yo sólo hablo cuando tengo lo pelos de la burra en la mano, cito mi fuente: La jornada. 23 de enero de 2006. http://www.jornada.unam.mx/2006/01/23/index.php?section=politica&article=012n1pol) ...ellos "van a dónde está la gente humilde". Esto último sólo puede significar una cosa: Que Evo y quienes lo acompañan no son gente humilde y por eso los zapatistas no aceptan la invitación. Por otro lado, mirar a México y mirar a Bolivia no están peleados, se puede (¡y se debe!) hacer las dos cosas. Pocas veces he visto mayor muestra soberbia, Marcos se cree con derecho a decir qúién es gente humilde y quién no, se lo dice a Evo (que sí es indígena, a Evo que es el legítimo represenante de uno de los pueblos más reberldes del mundo. ¡Cuanta soberbia! ¡No recuerdo ninguneo más descortés y sectario!
    NO creo que compartas, ni tú ni tus amigos de la Otra, esas palabras de Marcos. Claro todos los que están (o estuvieron) en la Otra campaña dicen que Marcos sólo es uno más y que esa es una opinión personal. Én primer lugar no es cierto, Marcos es el vocero del EZLN y de la otra campaña. Si no están de acuerdo ¿Por qué no se deslindan de lo que dijo Marcos? o, mejor, ¿Por qué no incian una discusión dentro de la Otra para fijar una postura sobre Evo y Bolivia y obligan a su vocer -Marcos- a que mande obedeciendo y diga sólo lo que es consenso?

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  4. El grano y la paja (Parte III)

    Por lo que toca al bloque obradirista, "saluda" a Evo sin asimilar las enseñanzas de la lucha boliviana. Bolivia nos enseña que la lucha electoral sólo tienen sentido si va respaldada y precedida por la lucha (a veces violenta) en las calles. Si Evo ganó en 2005 fue porque el pueblo aplastó en las calles, con la fuerza, al gobierno de Sánchez de Lozada en 2003. Sin ese rompimiento del orden institucional, sin esa demostración de fuerza real del pueblo, jamás le habrían reconodico el triunfo a Evo. Todo lo contrario, Obrador tiene la ingenua ilusión de que quienes le hicieron fraude en 2006 no se lo hagan en 2012. La única manera de que respeten el voto popular es que se aterren con la movilización del pueblo, que sepan que este es un pueblo que tira presidentes. El problema es que Obrador no quiere movilizar al pueblo ni quiere DERROCAR a Calderón. Sin un pueblo movilizado y dispuesto a poner de cabeza el país, las ilusiones de AMLO y su movimiento de ganar en 2012 y que les respeten en triunfo son eso, ilusiones.
    Para concluir quisiera señalar que, en efecto, la unidad de todas las izquierdas es urgente. Pero esa unidad se debe hacer, en primer lugar, sobre la memoria y no sobre el olvido, se debe fundar en el reconocimiento de los errores propios, en la corrección de los errores y las declaraciones desafortunadas ya que no se puede insultar y ningunear al otra y y luego buscarlo como si nada hubiera pasado. La unidad, en segundo término, se contruye en torno a un proyecto común, no sólo en torno a la "buena vibra". Para construir ese proyecto cómún, esos acuerdos mínimos, lo primero es discutir y este espacio que has abierto contribuye a ese propósito.
    En horabuena la inciativa, seguiremos dialogando. Espero todos los comentarios aquí vertidos sean tomado como lo que son, como precisiones fraternales pero francas de un compañero, y que encuentren respuesta.
    Un abrazo.
    Ismael Hernández Lujano

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  5. Te felicito hermano, no pude verlo a Evo porque no estaba en DF pero leer tu artículo me ha hecho casi revivir ese momento que debe haber sido muy emotivo. Fuerza y nos vemos pronto!
    David

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  6. Hey amigos! gracias por sus comentarios. Ismael, lamento tardar tanto en responder a tus críticas y opiniones, la siguiente entrada que publique en esta sección será dedicada a ello. Un abrazo a todos.

    lalo

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